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Cadenas de reenvío de mensajes electrónicos: la intervención del remitente conocido (página 2)



Partes: 1, 2

 

Tabla 1: Frecuencia de consulta del correo
electrónico personal

Muestra: Todos los encuestados

Respecto a los hábitos de consulta de medios de
comunicación para informarse sobre temas de
actualidad, los participantes pueden considerarse consumidores
habituales de fuentes como
televisión
e Internet, y en
menor grado de prensa escrita y
radio:

Tabla 2: Frecuencia de consulta de medios para
informarse sobre temas de actualidad

Muestra: todos los encuestados

En cuanto a las franjas de edad, la mayoría de
los encuestados se reparte entre los 15 y 24 años (26%),
los 15 y 35 años (45%) y los 36 y 40 (22%), representando
los mayores de 50 años sólo un 5%. En lo que
respecta al género, el
54% son mujeres, el 40% hombres y el 6% restante no responde a
esa pregunta. La gran mayoría de los encuestados son
residentes en España
(73%), pero también han participado en el estudio
cibernautas que viven en Estados Unidos,
Uruguay,
Argentina, México,
Perú o Francia, entre
otros países.

Resultados

La percepción
de los destinatarios

Como primer resultado significativo, destaca el hecho de
que la mayoría de los encuestados afirma recibir cadenas
de mensajes electrónicos de remitentes conocidos con
frecuencia semanal (37%), seguido de quienes afirman recibir este
tipo de mensajes a diario (35%), lo cual constataría la
amplia difusión y regularidad temporal del fenómeno
si lo comparamos con quienes afirman recibirlos alguna vez a la
semana o al año:

Gráf. 1: Frecuencia de recepción de
mensajes en cadena

Muestra: todos los encuestados

En ese sentido, e indicando también la
difusión que pueden llegar a alcanzar algunas cadenas de
mensajes mediante el correo electrónico personal, otro
dato significativo que arroja la encuesta hace
referencia a la frecuencia con que los sujetos del estudio suelen
recibir el mismo mensaje en cadena de más de un remitente
conocido:

Tabla 3: Recibido el mismo mensaje de diferentes
remitentes

Muestra: todos los encuestados

Aquí cabría interpretar el dato de que
sólo un 8% de los encuestados declare no haber recibido
nunca el mismo mensaje en cadena de más de un remitente
conocido como indicativo del alcance exponencial que pueden
lograr algunas cadenas de mensajes, cuando el hecho de recibirlo
por diferentes vías implicaría probablemente
amplios grados de difusión (según rasgos y
temáticas que comentaremos más adelante) y
también de extensión en el tiempo. Tras
un análisis cruzado de este dato con la
frecuencia de recepción de mensajes en cadena no se
aprecian diferencias relevantes entre quienes reciben a diario
este tipo de mensajes y quienes los reciben semanal o
mensualmente, pese a que proporcionalmente se constata cierto
incremento en la recepción por diferentes vías
entre los primeros (probablemente producto de
estar más expuestos al tráfico de mensajes
electrónicos y por ende al tipo específico de
mensajes que nos ocupa):

Gráf. 2: Relación entre recibido el
mismo mensaje de diferentes remitentes y frecuencia de
recepción de mensajes en cadena

Muestra: todos los encuestados

En lo que respecta al reenvío de mensajes que
producen los encuestados, si pasamos a analizar la media de
destinatarios de los mismos podemos apreciar, en primer lugar,
que se produce una diferenciación clara entre quienes
manifiestan reenviar mensajes en cadena a diferente número
de destinatarios posteriores y quienes afirman no reenviarlos
nunca, lo cual supone una división clara de comportamiento
que cabrá abordar por separado más adelante en
relación a diferentes puntos. Centrándonos de
momento en la pregunta sobre a cuántas personas de
promedio suelen reenviar un mensaje en cadena, vemos que junto a
las respuestas de una media entre 1 y 5 destinatarios (34%), otra
entre 5 y 10 (14%) y otra entre 10 y 15 (10%) sobresale lo que
cabría denominar aquí como objeción al
reenvío, es decir, quienes afirman no reenviarlos nunca
(38%):

Tabla 4: Promedio de destinatarios de mensajes en
cadena

Muestra: todos los encuestados

Por un lado, a quienes dicen reenviar mensajes en cadena
a las medias de destinatarios arriba reflejadas cabría
entenderlos como agentes activos en el
proceso de
difusión exponencial de dichos mensajes, en tanto que
nodos multiplicadores de la propagación del contenido
textual o gráfico que estos posean, y por tanto verdadero
núcleo funcional del fenómeno de propagación
de las cadenas. Esto es, por cada mensaje recibido en un estadio
de crecimiento de la cadena producen una multiplicación
determinada de destinatarios de ésta, lo cual repercute en
más destinatarios susceptibles de reenviarlo nuevamente.
Esto explicaría a grandes rasgos las frecuencias de
recepción antes descritas, así como los
índices de probabilidad de
recibir el mismo mensaje por más de una vía.
Asimismo, cualquiera de las intervenciones sobre el contenido del
mensaje, por leves que éstas sean, en pos de una mayor
aceptación o impacto del mismo sobre los destinatarios
directos (las cuales abordaremos más adelante),
afectarán en teoría
al resto de reenvíos, y en caso de surgir efecto
potenciarán y acompañarán a los mismos en su
recorrido por las cuentas de correo
a las que vayan siendo asignados.

En cuanto a los destinatarios que objetan por norma ante
la posibilidad de seguir reenviando el mensaje (en
relación a los agentes activos arriba mencionados y a los
altos grados de recepción de cadenas constatados
anteriormente), estos podrían ser entendidos
también como una muestra de la
performatividad del proceso comunicativo sobre el que estamos
tratando, en tanto que nodos de la red que, pese a romper
avances de una cadena dada, probablemente no logren frenar
significativamente en la mayoría de casos su
propagación exponencial, la cual se ampararía en
otros nodos cuyo efecto multiplicador superaría por
lógica
los vínculos de estos objetores del reenvío. Sin
embargo, resulta bastante esclarecedor para las hipótesis finales atender a algunos de los
argumentos y comentarios facilitados en la encuesta por este tipo
de usuarios de correo electrónico, en relación a su
determinación a no reenviar mensajes en cadena: "para no
provocar spam"; "me parece una pérdida de tiempo y
de recursos. En mi
trabajo
necesito estar conectada y recibiendo mensajes todo el día
y me fastidia mucho que me llenen el buzón de
tonterías, de modo que no colaboro"; "las borro en cuanto
las recibo, porque no tienen sentido, son puras mentiras, ocupan
espacio, y para desgracia muchas contienen virus. Ya estoy
cansada de decirles a mis amigas y compañeras que no me
envíen ese tipo de mensajes… pero ellas insisten";
"porque a mí me molesta y calculo que a los demás
también"; "nunca me ha llegado algo que sea cierto o
útil"; "porque son palabras que no salen del corazón,
es como que alguien nos dice qué tenemos que hacer
[…] la mayoría de los reenvíos no los creo y
más cuando me dicen que si envío más de 10
reenvíos me dan algo, es mentira"; "es una pérdida
de tiempo y de datos"; "odio que
me manden reenvíos, quisiera saber cómo terminar
con eso ya que nadie escribe de verdad, es una farsa"; "me parece
ridículo"; "no me fío"; "porque los detesto". Como
se puede apreciar, todas estas intervenciones parecen estar
hechas por individuos que han experimentado y experimentan en
primera persona los
efectos del sistema de
propagación de las cadenas, y su valoración
negativa del fenómeno se enmarcaría pues en el
hecho de recibirlas con la misma frecuencia que el resto de
encuestados (esto es, con periodicidad diaria o semanal) y
también con similares índices de repetición
de mensajes procedentes de diferentes remitentes.

Sin embargo, dada la familiaridad y conocimiento
de ambos grupos o perfiles
de destinatarios respecto a la recepción de mensajes en
cadena, sigamos viendo algunas respuestas comunes dadas por el
conjunto de encuestados (sobre aspectos como la relación
con los remitentes o la comprobación de la veracidad de la
información) antes de pasar a acercarnos
con más detalle a particularidades del reenvío
entre quienes sí lo practican y de realizar comparaciones
puntuales con aquellos que optan por no reenviar nunca mensajes
en cadena.

Si nos centramos por ejemplo en los tipos de
relación más citados por el total de los
encuestados respecto a los remitentes de los mensajes en cadena
que les llegan, vemos que el vínculo de amistad entre
nodos destaca frente al vínculo laboral y el
familiar, lo que implicaría que la difusión de las
cadenas se produce sobre todo entre la más electiva de las
relaciones personales posibles mediante correo
electrónico, y probablemente la más abierta a
variar en cuanto a intensidad o frecuencia. Algo que
coincidiría con la alternancia e irregularidad temporal
que parece caracterizar la aparición de cadenas de
reenvío:

Tabla 5: Tipos de relación con los remitentes
de las cadenas

Muestra: todos los encuestados

Otro aspecto del estudio respecto al cual se han
recogido respuestas de todos los participantes,
independientemente de si estos contribuyen o no a la
expansión de la cadena, se centra en su opinión
sobre la característica o características de dichos
mensajes que pueden influir más en su
reenvío:

Tabla 6: Características que influyen en el
reenvío

Muestra: todos los encuestados

Como se puede observar en la tabla superior, los motivos
principales que a juicio de los encuestados influyen en el
reenvío de cadenas suelen ser relativos al asunto de los
mismos, es decir, a su contenido narrativo, especialmente a las
situaciones divertidas, graves o extrañas, más que
a otros factores como la invitación explícita al
reenvío que puedan contener, al hecho de que se trate de
información que no reflejan otros medios o a que los
remitentes sean personas conocidas. Por encima de estas
últimas, la influencia de mensajes que plantean denuncias
explícitas sobre problemáticas concretas
(generalmente de tipo social o político, cabe entender)
serían también considerada de modo destacado por
gran parte de los encuestados, algo que tendremos oportunidad de
abordar con mayor detalle más adelante.

Si atendemos exclusivamente a lo respondido por los
encuestados que afirman reenviar mensajes a diferente
número de destinatarios (esto es, excluyendo a quienes
objetan por norma al reenvío) nos encontramos con que
aumentan los porcentajes de influencia de las diferentes
características citadas. Este dato también
sería indicador del grado de influencia que ejercen tales
características sobre ellos mismos en tanto que remitentes
de reenvíos en cadena, donde cualquier mensaje de ese tipo
que pase por sus cuentas de correo reuniendo uno o más de
los rasgos citados experimentará en principio mayores
grados de difusión y alcance:

Tabla 7: Características que influyen en el
reenvío

Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena

Otros aspectos y ejemplos que podrían influir en
el reenvío, al margen de los citados, serían una
serie de opiniones abiertas recogidas mediante el formulario
(facilitadas tanto por los agentes activos del proceso de
reenvío como por los encuestados que dicen no retransmitir
nunca mensajes en cadena), las cuales se transcriben a
continuación: "tiene que ser un tema suficientemente
importante e interesante"; "[se trata de] una cuestión
psicológica: pensar que puedes denunciar algo, ayudar,
divertir, cultivar una amistad… con la comodidad de un simple
movimiento del
dedo. Hay amigos que no se hablan en seis meses pero que se
reenvían diez mil cadenas estúpidas todos los
días. Hacer el clic de reenviar es más
cómodo que escribir un mensaje, y ya no digamos una
carta. Nuestra
sociedad es
comodona"; "el ser entretenidos"; "lo de ‘si cortas esta
cadena tendrás x años de mala suerte’ o cosas
por el estilo"; "alertas en cuanto a virus o nombres de usuarios
de personas con malas intenciones"; "la ingenuidad de las
personas de creerse todo lo que tenga aspecto de noticia"; "que
es una forma rápida de decir que uno está bien pero
que está muy ocupado para enviar un mensaje
personalizado"; "la desinformación acerca de
hoaxes, spam y formas de transmisión de
virus"; "la inmediatez de difusión entre la gente"; "que
son temas que nos preocupan, divierten, etc. y tratamos sobre
ellos de todas las formas".

En la línea de algunos de estos argumentos
relativos a la desinformación y la posibilidad de creer en
datos no contrastados, otra de las preguntas del cuestionario
dirigida a todos los participantes se ha centrado en si estos
suelen comprobar de algún modo o no la veracidad de la
información de interés
general que a menudo contienen las cadenas de reenvíos,
ante lo que la mayoría afirma no hacerlo (77%) y un breve
porcentaje dice llevar a cabo diferentes tipos de comprobaciones
(22%), de las cuales cabría destacar las siguientes entre
las opiniones recogidas a través del cuestionario:
"mediante sitios especializados"; "dependiendo del mensaje (hay
muchos que borro directamente), me fijo en el tema, quién
lo emite, si tiene direcciones y datos concretos que me permita
contactar con la fuente de la información, etc. Un poco lo
que he ido viendo a lo largo de los años sobre
recomendaciones relativas a mensajes en cadena"; "lo observo
detenidamente"; "por fuentes de
información acreditadas"; "visitando la página
oficial de la institución remitente"; "visitando la
web a que hace
referencia si es el caso"; "en Internet (a través de
buscadores,
agencias de noticias,
etc.)"; "google,
rompecadenas"; "buscando fuentes solventes: si es sobre un virus,
busco en la página de Symantec; para el de Amina, en la
página de Amnistía Internacional, etc."; "buscando
más información en Internet, estando atenta a las
noticias por tv y radio, y hablándolo con gente conocida";
"en la página de quien se indica que realiza la acción
(ejemplo, donar dinero a un
niño que necesita una operación, pues voy a la
página de quien se supone que dona el dinero)";
"los hoaxes, los menos obvios en ,
el resto de noticias, buscando su fuente en Internet … Depende
de cómo sea el mensaje"; "chequeo con otros medios
alternativos de prensa y, con las corporaciones mediáticas
que casi nunca reflejan la verdad"; "buscando en Internet, y
siempre consulto los enlaces que aparecen en los mails";
"buscando en google news, o en páginas de hoaxes";
"en diferentes medios de comunicación"; "en páginas de
hoax, antivirus…".

Como se puede apreciar, la mayoría de referencias
de quienes afirman comprobar la veracidad de las informaciones
recibidas mediante reenvíos en cadena suelen ubicarse en
fuentes online, ya sea a través de páginas
especializadas y buscadores o mediante el acceso a las supuestas
instituciones
o particulares relacionados con los asuntos que se detallan en
los mensajes. Este conjunto de datos resultaría
significativo por demostrar la existencia de un contexto
informacional generalmente online, donde tanto la
recepción como la comprobación de
información respecto a las cadenas se produce en un
entorno caracterizado por la inmediatez y facilidad de acceso a
las redes de datos de
Internet.

Un punto probablemente muy relacionado con las
motivaciones finales que llevan o no al reenvío de
mensajes en cadena, así como con la confianza en la
veracidad de muchas informaciones que estos transmiten,
sería la creencia en la posibilidad de que más
allá de su reenvío las cadenas tengan efectos o
puedan influir de algún modo en las problemáticas o
las situaciones que a menudo plantean. Ante esta posibilidad, las
respuestas dadas por el conjunto de los encuestados han sido las
siguientes:

Tabla 8: El reenvío de mensajes en cadena
puede influir de algún modo en las problemáticas o
las situaciones que plantean

Muestra: todos los encuestados

Profundizando algo más en este punto, si
segmentamos los resultados obtenidos entre quienes suelen
reenviar mensajes en cadena y quienes nunca lo hacen, veremos que
existe una diferencia significativa en tanto que entre los
primeros hay una mayoría de encuestados (66%) que opina
que el reenvío de mensajes en cadena puede influir de
algún modo en las problemáticas o situaciones que
plantean, mientras que en el segundo grupo un alto
porcentaje opina que no (40%), otro tanto no sabe o no responde
al respecto (40%) y sólo un pequeño porcentaje
afirma que cree en tal posibilidad (19%).

Las actitudes
entorno a esta creencia, por tanto, podrían resultar un
aspecto fundamental respecto al fenómeno que nos ocupa,
donde cabría considerar que cuanto más
confía el destinatario en la posibilidad de que los
mensajes en cadena que recibe puedan influir en determinadas
situaciones que plantean, mayores posibilidades hay de que los
reenvíe, mientras que la desconfianza o la ausencia de
opinión formada al respecto repercutirían en una
menor o nula intención de proceder en pos de que la cadena
siga reproduciéndose. Obviamente, esta hipótesis no
sería aplicable a todos los casos ni tipologías de
cadena existentes, dado que incluye sólo aquéllas
que narran situaciones donde de modo explícito o
implícito se plantea que su propagación
generalizada puede lograr que se modifiquen factores externos
(relacionados directa o indirectamente con su contenido) o que
apelan a la difusión de concienciación y
conocimiento específico sobre problemáticas
concretas como un medio para superarlas a corto o largo
plazo.

Veamos a continuación, en ese sentido, una
relación detallada de justificaciones de diverso tipo y
extensión a esta cuestión, comenzando por
aquéllas en torno a la
respuesta afirmativa respecto a tal influencia:

"creo que de esta manera la gente tiene acceso a una
determinada información que no se pude conseguir a
través de los medios de
comunicación convencionales";

"todo depende del contenido del mensaje, pero por norma
general si se trata de un hecho social, suele dar a la gente una
visión distinta a la que sale en los medios de
comunicación";

"mayor conocimiento de la hipotética
problemática planteada";

"reenvío mensajes que considero pueden ayudar a
influir, especialmente por presión
social";

"pero dependiendo mucho que el método
para diseminar el correo. No es lo mismo que Amnistía
Internacional lance una campaña para pedir que alguien no
sea ejecutado, a que venga alguien a decir que determinado
champú es cancerígeno";

"en algunos casos, cuando se crea un nivel de
concienciación importante";

"el hecho en sí de tener una información
te hace poseedor de una opinión, un conocimiento que en un
determinado momento y circunstancia puede ayudarte a tomar una
decisión, pero todo esto es muy generalizado";

"en algunos casos pueden concienciar sobre problemas
puntuales, creando climas de opinión";

"seguro que
sí. Es como el boca a boca de siempre pero vía
Internet. Lo que no sabría evaluar es la magnitud de esa
influencia";

"cuando se trata, además, de reunir firmas con un
objetivo
determinado"; "el solo hecho de conocer un poco más sobre
cualquier tema, basta que ése sea el fin";

"si se trata de situaciones o problemáticas que
considero importantes creo que enviando estos mensajes se puede
concienciar a la gente y conseguir algo";

"pueden difundir y sensibilizar sobre la
problemática planteada y fomentar la movilización
al respecto, presencialmente o virtualmente";

"tener más información sobre un tema o
problema social";

"sobre todo cuando influyen de una forma social y la
temática es una crítica
a la realidad actual";

"en el caso de las lapidaciones por ejemplo sí
que hizo efecto todas las manifestaciones de recogida de firmas
de personas de todo el mundo. Creo que el éxito
de todo este tipo de iniciativas es debido a que no te ocasiona
una inversión muy grande de tiempo el hecho de
participar, reenviando un mensaje o añadiendo tu nombre a
una lista… En definitiva requieren poca inversión de
tiempo, esfuerzo intelectual por parte de las personas y ninguna
complicación técnica";

"la manifestació del 15 de febrer de 2003 contra
la guerra, es va
poder fer de
manera global gràcies a aquest tipus
d'activitat";

"en mi país, Hungría, una cadena de estos
mensajes colocó uno de los bancos más
grandes de la economía (Posta Bank)
al margen de la quiebra. Creo que
son capaces de formar la opinión
pública de forma sesgada para conseguir objetivos que
tan solo favorecen a un grupo reducido de personas";

"haría llegar la información a las
personas a quienes se les reenvía, y en caso de ser alguna
problemática negativa podría alertar a esas
personas, aun cuando no se verifique cuánto pudo influir
en todas las personas";

"hace que fluya información alternativa, que
despierte conciencias, que la gente se conciencie";

"sobre todo los reenvíos más de carácter político y
social";

"en el caso de los movimientos sociales, la
utilización de este medio viene a sustituir a los medios
de comunicación tradicionales";

"el ‘boca a boca’ suele funcionar en
política.
De hecho me enteré de muchas cosas vía mail del 11
al 15 de marzo";

"creo que muy rara vez tienen alguna influencia (por
suerte, el 90% son falsos o directamente absurdos), pero
sí que creo que ha habido casos en los que han influido,
como en los juicios a mujeres en Nigeria";

"sólo en los que la información se pueda
verificar como cierta, como en los casos de mujeres que iban a
ser asesinadas en África";

"a veces logra informar de una situación o
acontecimiento por esa cadena, o lo hace reflexionar a uno sobre
algo";

"no creo que el reenvío de los mensajes
‘cambie el mundo’ pero hay algunos datos que suelen
servir para gente que ya este interesada y este trabajando en
ello. No son más que un complemento muy, muy
pequeño";

"generalmente cuando son de alto contenido
político o social colabora a informar
objetivamente";

"11-M";

"en temas sociales-políticos o denuncias,
sí";

"sin duda";

"aumenta el grado de información de muchas
personas, ya que los medios normales están bastante
manipulados";

"depende del carácter del mensaje: hace poco me
llegó uno de Amnistía Internacional para firmar por
una pareja que iba a ser condenada a lapidación, y estamos
consiguiéndolo, además de que se recogen firmas
para terminar con la sharia en Nigeria, y puede que nos
oigan";

"crea conciencia sobre
las personas receptivas y puede despertar la sensibilidad de
otras"; "en cuestiones serias, políticas
o sociales, hace pensar a la gente y la moviliza";

"creo que llegan a mucha gente y eso repercute en la
opinión pública".

Se puede apreciar claramente que sobresalen entre los
argumentos facilitados por los encuestados toda una serie de
campos semánticos representados principalmente por (a) la
opinión (personal o pública), el
conocimiento y la concienciación; (b) la
información en general, como contenido y como acto de
informarse, y (c) la movilización en torno a lo social y
lo político. Cabría deducir, por tanto, que existe
cierta creencia común relativa a la posibilidad de que
determinadas cadenas ejerzan una influencia social indirecta
(mediante generación de conocimiento) o directa (llamando
a la movilización offline) (7) , algo que
apoyan los datos sobre el tipo de mensaje que los encuestados
suelen reenviar con mayor frecuencia, según veremos
más adelante.

En lo que respecta a las reflexiones que
acompañan a la negación o la duda en torno a la
posibilidad de influencia de las cadenas de mensajes,
cabría destacar las siguientes, proporcionadas
principalmente por los encuestados que hemos dado en denominar
como objetores al reenvío:

"depende del tipo de iniciativa, pero lo normal es que
saturen la red y no lleven a nada";

"claro que influye… negativamente porque se pierden
horas en ese proceso";

"porque petan el correo con gilipolleces";

"me da la impresión de que el objetivo es
recolectar direcciones";

"mayormente se trata de situaciones falsas, o no
completamente ciertas, y sólo pueden
confundir";

"no creo que por mandar 1000 veces un mensaje le den 500
euros a nadie, la verdad";

"las personas que recepcionan el mensaje generalmente
suelen estar ya sensibilizadas a este tipo de
problemática";

"aunque sea verdad lo que dice yo no me lo creo por la
razón de que llegan muchos y no das a nadie dinero si lo
reenvías a 131684318 personas";

"lo que recibo son hoaxes normalmente. Por tanto
no contribuyen a solucionar un problema sino que lo
crean";

"la mayoría de las veces tratan temas banales y
superficiales que no exigen ninguna reflexión por parte de
quien los recibe. Además, la saturación de este
tipo de mensajes hace que se pierda el interés por los
mismos";

"no, no creo en nada de lo que dicen, sería
imposible rastrear todos los mensajes";

"creo que influye poco en la problemática, que en
ocasiones no es real, y en cambio
incrementa el flujo de correo no deseado";

"porque salvo casos contados, nadie las lee seriamente y
se ha hecho mucho abuso para decir cualquier
disparate";

"muchas veces la persona que recibe un mensaje como este
no sabe de qué va el tema, a veces ni siquiera está
interesado, y no siempre ayuda a resolver la
cuestión";

"yo creo que la mayoría de cadenas son para que
las empresas de
publicidad tengan
direcciones";

"para lo único que sirven es para que los
spammers se hagan de más direcciones de
e-mail";

"muchas veces es una perdida de tiempo, pues todo
depende de la cultura del
país de origen, en este caso mi país México
con sus famosas cadenas de la muerte o la
desdicha, al final te dicen si no haces esto, te pasaran cosas
malas… Pero si lo haces en los próximos 20 minutos, te
ganaras la lotería, Jennifer López tendrá
sexo contigo y
serás el mejor hombre del
mundo… Esas cosas ilógicas hacen a veces pensar que
quien te los envía es tan estúpido para pensar que
realmente te pasarán cosas así…
Independientemente del contenido del mensaje, la mayoría
lo envía por supersticiones absurdas";

"lo único que pueden conseguir es concienciar a
la gente sobre una problemática, pero no influyen
absolutamente nada sobre el problema en sí; Aunque eso
sí, Amena, Vodafone y Movistar se asustaron bastante con
la cadena de mensajes sobre la huelga de
móviles";

"muy pocas veces influye";

"muchas personas ni siquiera se toman el trabajo de
leer estos reenvíos a menos que sea un chiste o imagen que
parezca divertida";

"casi todo, por no decir todo, es cuento,
así que difícilmente pueden aportar algo positivo";
"generalmente las problemáticas que plantea son
falsas";

"simplemente el origen de los mensajes no esta
relacionado con las problemáticas que plantea.
Están demasiado lejos como para influirse";

"creo que sólo hago caso a los realmente
cruciales y contrastados en prensa, pero no creo que tengan
repercusión alguna, normalmente los borro sin
abrir";

"creo que sólo sirven para llenar la red de
basura. La
mayoría de las cosas que dicen son mentira";

"se mandan por diversión".

Según se desprende de estas intervenciones, entre
los motivos facilitados se encuentran sobre todo referencias a
cadenas relacionadas con oportunidades económicas,
supersticiones o supuestos usos maliciosos de las direcciones de
correo que intervienen en el proceso de reenvío, mientras
que parecería existir en algunos casos cierta
aceptación de una posible influencia en lo relativo al
conocimiento o concienciación de los destinatarios en
torno a determinadas problemáticas (las cuales, no
obstante, no llegan a ser mencionadas por los encuestados). Por
todo ello, cabría preguntarse hasta qué punto es
determinante respecto a la creencia en la posible influencia
(directa o indirecta) de algunas cadenas el tipo y la frecuencia
de las mismas, cuando tal vez el haber estado
expuesto a las de carácter más evidentemente
gratuito o fraudulento pudiera predisponer en contra de tal
creencia, y viceversa (8) .

El papel del remitente conocido

Pasemos a observar las respuestas en torno al
reenvío de mensajes entre quienes afirman llevarlos a cabo
con diferente frecuencia (excluyendo nuevamente a quienes no
realizan

nunca reenvíos), recordando en primer lugar las
cifras pero relacionadas ahora con la frecuencia de
recepción de mensajes en cadena:

Gráf. 3: Relación entre recibido el
mismo mensaje de diferentes remitentes y frecuencia de
recepción de mensajes en cadena

Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena

En el gráfico se percibe cierta tendencia entre
las mayores frecuencias de recepción de mensajes en cadena
a aumentar el promedio de destinatarios simultáneos, algo
que cabría entender como una mayor predisposición
al reenvío masivo, probablemente fruto de una exposición
más frecuente a cadenas para cuyo reenvío selectivo
habría que invertir más tiempo de media por cada
mensaje que se decida enviar.

En ese sentido, sin embargo, casi la mitad de los
encuestados activos en relación a las cadenas afirman que
suelen realizar diferentes reenvíos selectivos de un mismo
mensaje según grupos de destinatarios, frente a una leve
mayoría que dice no hacerlo, en lo que constituiría
una diferenciación tal vez importante en tanto que denota
dos actitudes diferenciadas pero que podrían resultar
condicionantes para la extensión de las
cadenas:

Tabla 9: Realizan diferentes reenvíos
selectivos

Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena

Mientras que los primeros estarían seleccionando
y agrupando de modo más detallado o cuidadoso a los
receptores de la información en virtud de diferentes
atributos de la misma (y por tanto optimizando, por mucho que de
forma leve, la eficacia en su
efecto sobre esos destinatarios), los segundos tal vez lo que
estarían logrando indirectamente, al distinguir menos
entre destinatarios y temas de interés, sería
lograr el efecto contrario al deseado, en tanto que inoculando
contra el contagio por saturación de reenvíos menos
selectivos y generando ese rechazo que hemos constatado
anteriormente (en una amplitud que obviamente rebasa las
posibilidades de análisis de este estudio).

Veamos algunos de los argumentos dados por quienes
afirman realizar diferentes reenvíos selectivos de un
mismo mensaje: "segmento el mensaje en función
del destinatario dependiendo del tema"; "por pertenecer a
ámbitos distintos, y por personalizar el envío";
"porque dependiendo de la persona puede interesarle o no el
asunto"; "perquè tinc diferents grups d'amistats i no es
coneixen entre ells i per no difondre adreces d'email a persones
que no es coneixen entre elles"; "dependiendo de la
vinculación entre sí de los destinatarios"; "no
quiero que un grupos de amigos conozca las direcciones de otros
grupos de amigos"; "primero a la familia e
íntimos, luego repaso y al resto de amigos"; "por supuesto
interés según la índole del envío. A
veces trato de evitar conflictos";
"diferencio entre amigos y familiares (algunos de los mails de
los amigos son un poco fuertes para mandarlos a mi familia), y a
veces, entre chicos y chicas, por la misma razón";
"pretendo siempre personalizar"; "dependiendo de las ideas de
cada uno".

Añadamos que el tipo de relación con los
destinatarios es aproximadamente el mismo que
constatábamos al principio del informe respecto
al de remitentes conocidos, donde destaca el vínculo de
amistad (indicado por un 88%), seguido del familiar (indicado por
un 32% ) y el laboral (indicado por un 35%) (9) , lo cual
confirmaría la hipótesis de que el reenvío
de mensajes en cadena se produce principalmente entre las
relaciones de tipo más electivo y diríase que menos
jerarquizadas, tal como proponíamos entonces.

Un aspecto relacionado con el tipo de
comunicación que en ocasiones se establecería entre
emisor y receptor de este tipo de mensajes (y coincidiendo con
algunas de las afirmaciones de los encuestados, que apuntan la
idea de que la
comunicación personalizada pasa a ser substituida
exclusivamente por el reenvío de mensajes en cadena),
éste ha sido también tratado por el estudio
respecto a quienes afirman practicar el reenvío.
Así, las respuestas a la pregunta sobre si existen
destinatarios a los que los encuestados sólo suelan enviar
mensajes en cadena muestran que hay un alto porcentaje de casos
afirmativos (43%), algo que indicaría la existencia de ese
tipo de relación básica entre nodos, donde tal vez
lo que cuenta no es tanto el contenido como la emisión de
una determinada señal de conectado a la red o de conocido
en modo online que desea mantener el contacto.

Asimismo, este hecho podría resultar un
fenómeno comunicativo incipiente, al menos así lo
sugieren los resultados porcentuales entre los segmentos
más jóvenes de encuestados:

Gráf. 4: Relación entre edad y
comunicación con destinatarios exclusivamente mediante
cadenas
(Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena).

Sea como fuere, lo que interesa destacar aquí es
que éste constituiría otro factor que favorece en
principio la propagación de las cadenas, dado que motivada
por la necesidad de un contacto básico entre nodos (esto
es, lo menos personalizado posible pero sin dejar de ser una
emisión de señal) se estaría procediendo al
reenvío de las mismas como fórmula de
comunicación.

En lo que respecta al tipo de mensajes que
reenvían con mayor frecuencia los encuestados, tal como
anunciábamos al hablar sobre la creencia de la
mayoría de estos en la posibilidad de que las cadenas
influyan en las problemáticas que a menudo denuncian, se
constata que los de contenido político y social son los
que tienden a reproducirse en mayor número.

A estos seguirían los que reproducen chistes o
textos con un trato humorístico, lo cual coincide
también con el dato ya citado de que las situaciones
divertidas son uno de los factores valorados como más
decisivos en torno al reenvío de mensajes.

Finalmente, con una diferencia significativa dado que un
alto porcentaje de los participantes en el estudio afirman no
reenviarlos nunca o muy ocasionalmente, se encontrarían
los mensajes sobre alertas de virus y (con una aparentemente muy
baja reproductibilidad) los mensajes sobre oportunidades
económicas.

Gráfs. 5, 6,7 y 8: Reenvían mensajes de
las siguientes temáticas

(Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena)

Pese a que obviamente existe una amplia gama de mensajes
en cadena cuya temática o contenido no encaja en estas
cuatro tipologías, las citadas servirían de
orientación respecto a la posibilidad que apuntan los
datos ya citados sobre la descripción de un conflicto o de
una situación divertida, grave o extraña como
valor
añadido en los mensajes de mayor
reproductibilidad.

Apropiación de los mensajes

Respecto al contenido textual de cualquier mensaje en
cadena, sin embargo (y a parte del papel activo que lleva a cabo
el remitente con los que recibe y reenvía en cuanto a la
selección de mensajes y de destinatarios),
consideremos algunos resultados respecto a la acción
textual específica que realiza sobre el asunto y el cuerpo
del mensaje, otro factor a nuestro parecer determinante en la
difusión de las cadenas en tanto que repercute en la
aceptación y comportamiento posterior de los receptores
directos y, muy probablemente, siguientes. En general,
podría afirmarse que la mayoría de los encuestados
realiza alguna modificación textual de las que enumeramos
a continuación (72%), frente a un pequeño
porcentaje que no lleva a cabo ninguna (28%):

Tabla 10: Modificaciones textuales previas al
reenvío

Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena

Como puede apreciarse, una parte significativa de los
encuestados añade un comentario personal al mensaje,
práctica que si bien puede suponer que posteriormente se
elimine dicho comentario en nuevos reenvíos también
podría implicar que fuera imitada por sucesivos
remitentes, si bien es cierto que hay constancia de casos (aunque
no reflejados

en este estudio) donde los mensajes acumulan estos
comentarios a medida que se propagan por las cuentas de
correo.

También en ese sentido acumulativo, o más
exactamente como medida en contra de la adición progresiva
de información diferente a la originaria en el cuerpo del
mensaje, el hábito de eliminar el listado de direcciones
de correo electrónico de los destinatarios anteriores
podría estar bastante difundida (tal como se muestra en la
tabla superior y en algunas de las opiniones facilitadas por los
encuestados a lo largo del presente informe), en muchos casos
probablemente a causa de la inseguridad
manifestada por algunos participantes en el estudio respecto a la
posible utilización fraudulenta o con fines comerciales de
éstas por parte de terceros.

En cuanto a modificar el asunto del mensaje, dicha
acción implicaría más exactamente eliminar
las siglas tipo FW o RE, indicadoras de que se trata de un
reenvío, aunque también podría obedecer a
personalizaciones relacionadas con la valoración del
remitente sobre su contenido. En uno u otro caso, el hecho de
recibir un mensaje cuyo tema no muestra signos de
reenvío a primera vista probablemente repercuta en mayores
posibilidades de que sea leído y posteriormente
reenviado.

Finalmente, manipulaciones menos frecuentes como la
justificación del texto
(eliminando los saltos de línea o los signos generados
automáticamente a menudo al principio de éstas,
como guiones, flechas y almohadillas), o bien la
corrección ortográfica, influirían
también en reenvíos posteriores, en tanto que un
mensaje con apariencia de original o no reenviado en exceso
seguramente se conciba como más susceptible de ser
leído cómodamente y reenviado de nuevo.

Respecto a determinadas acciones
posteriores al reenvío de los mensajes, también
resultan ilustrativas a nuestro entender de cara a demostrar que
las cadenas se reproducen en un contexto de inmediatez y
caducidad característico:

Tabla 11: Acciones realizadas con el mensaje
después del reenvío

Muestra: encuestados que reenvían mensajes en
cadena

Como se puede apreciar, la mayoría de los
encuestados que reenvían este tipo de mensajes los borran
posteriormente, algo que en muchos casos seguramente sea debido a
que disponen de cuentas limitadas de correo gratuito, o
sencillamente a que no desean o consideran necesario retener la
información obtenida. Sin embargo, un pequeño
porcentaje afirma realizar acciones como guardar o publicar en
otros medios el mensaje, lo cual permitiría cierto periodo
de latencia de algunas cadenas que posteriormente podrían
recobrar su actividad, una vez recuperadas de diferentes formatos
para ser reenviadas de nuevo y desencadenar así sucesivos
reenvíos (mayormente aquéllas cuyo contenido no
esté vinculado a temas de estricta actualidad o
interés, o relacionadas a acontecimientos de
limitación temporal) (10) .

Confirmación de algunos
argumentos

Tras la fase de recopilación de datos mediante
cuestionario, se solicitó vía correo
electrónico a los encuestados (aquellos que autorizaron
previamente que se les contactara) que facilitaran muestras de
mensajes en cadena que hubieran reenviado, junto con alguna
justificación o explicación al respecto.
También se solicitó a aquellos que afirmaron no
reenviar nunca mensajes en cadena si recordaban haber hecho
alguna excepción y podían facilitar
información sobre los motivos de la misma. A parte de
argumentos coincidentes con los expuestos más arriba (y
que por tanto servirán para reafirmar algunas
hipótesis del estudio), algunos de los participantes que
habían declarado objetar por norma a realizar
reenvíos afirman en su respuesta haber hecho alguno en
ocasionalmente.

Sirvan como muestra de ello las siguientes
declaraciones, en primer lugar respecto a la mayor
reproductibilidad de mensajes de contenido social y
humorístico, las cuales apoyarían esa tesis a la
vez que constatarían la práctica frecuente de
borrar los mensajes una vez reenviados o de eliminar la lista de
destinatarios previos: "no hago muchos reenvíos y cuando
los hago son por razones sociales o de difusión de
actividades…. Te cuento que soy una persona que usa diariamente
el correo como herramienta, el flujo de correos es por tanto
importante"; "generalmente suelo enviar los
que me parece que o bien llevan un mensaje positivo o solidario
(véase los de amnistía internacional, etc.) o los
que son de alerta de algún virus"; "no reenvío
nunca mensajes del tipo ‘Hotmail se cierra’ o
’si no mandas a X personas tendrás mala suerte en
el
amor’, ‘tal virus es muy peligroso’ ni
‘mi niño necesita un trasplante urgente y por cada
vez que reenvíes nos pagan 3 céntimos de
hospital’ porque me parecen una tontería. Los que si
suelo reenviar son los especialmente graciosos o curiosos, o los
que se meten con ZP (me cansé de recibir correos
metiéndose con el PP, así que si ahora me llega
alguno atacando a zapatero o al PSOE lo reenvío
rápido :-))"; "lamento no tener nada de lo que he
reenviado, pero las cosas que he reenviado es porque son
graciosas y novedosas, y generalmente se las envío a 3 o 4
personas no más. La ultima que me acuerdo que
reenvié era de un par de verdades sobre los argentinos (yo
soy argentina) porque era gracioso y cierto"; "no soy muy amigo
del envío de ciertos mensajes en cadena y cuando en
ocasiones lo hago es porque me parecen bonitos o tratan de algo
interesante.

Lo que si procuro siempre es eliminar ese largo listado
de correos electrónicos que aparecen en esos correos.";
"el último ejemplo de los correos que envío a mi
lista personal sería […] una página, chiste
o relato ‘personalizado’ a un elemento del grupo
(unas veces envío el enlace y otras veces envío la
página incorporada al correo)".

Como comentábamos, algunas de las respuestas de
quienes previamente habían declarado no realizar nunca
reenvíos añaden algún matiz al respecto,
abriendo la posibilidad de extender a más casos las
conclusiones sobre performatividad de las ipologías de
mensajes ya citadas: "hace ya mucho tiempo que no reenvío
ningún mensaje en cadena, pero recuerdo haberlo hecho con
algún mensaje de contenido lúdico que me
pareció especialmente logrado (algún chiste,
historieta o tira cómica) o alguna que otra noticia de la
prensa. En total he debido reenviar una media docena de mensajes
en toda mi vida"; "pensaba que no había reenviado ninguno,
pero me he puesto a pensar y recuerdo que sí
reenvié uno. Era cuando dijeron que las operadoras
móviles querían cobrar las llamadas perdidas y se
hacía una especie de llamada para no usar el móvil
unas horas… no recuerdo más. Sólo se lo
reenvié a 5 o 6 personas"; "sí que he reenviado
alguno cuando el hecho de hacerlo supone ayudar en algo (alguna
campaña de firmas de Amnistía Internacional) o para
intentar extender una noticia que creo real (porque he oído
hablar del tema en otros medios, porque el remitente es un
organismo fiable) y que creo que debe darse a conocer (como el
caso del conductor de TMB que se suicidó…) […]
También he reenviado algo porque me ha resultado gracioso
de verdad… un poco sobresaliente entre todas las cosas
‘graciosas’ que te envían cada día…
Si me hace reír a mí (que es difícil),
¿por qué no pasárselo a los demás
para que se rían también?"; "lo cierto es que no
recuerdo haber enviado mensajes en cadena. Tal vez hace mucho
tiempo, no me atrevería a negar rotundamente que NUNCA he
reenviado ninguno. En cualquier caso haría tanto tiempo ya
que no lo recuerdo". En ese sentido, no obstante, también
hay encuestados que han respondido reafirmándose en sus
respuestas previas (cuyos argumentos irían en la
línea, sin embargo, de las conclusiones respecto a estar
fundados en sospechas por posibles usos fraudulentos de las
direcciones de correo, o en cierta saturación por haber
recibido gran número de cadenas de modo indiscriminado):
"no te puedo ayudar enviándote un mensaje de cadena,
porque sencillamente nunca los reenvío, tengo entendido
que sirven para tener la mayor cantidad de direcciones y
así poderlas vender para mensajes publicitarios. Me llama
la atención […] la cantidad de correos
masivos respecto a los deseos que se puedan cumplir, de esos
recibo gran cantidad, más de los que se refieren a ayuda
de causas sociales […] el objetivo no es el mensaje en
sí, sino el hecho de que sea reenviado e imagino que para
tener mas direcciones de correo"; "la verdad es que soy muy
radical y estos envíos en cadena siempre acaban muertos en
mi buzón. Trabajo casi siempre con (y al lado del)
ordenador y utilizo el e-mail para estar en contacto con mis
amigos, padres, colegas, etc.

Nunca vuelvo a enviar estos mensajes (ni chistes, ni
noticias, ni escándalos, ni nada)".

Conclusiones

Constatada la alta frecuencia de recepción de
mensajes electrónicos en cadena en las cuentas de correo
personales de los encuestados, así como los factores
textuales que condicionan su proceso de reenvío, se afirma
el papel activo del remitente de los mismos tras comprobar que
los somete regularmente a procesos de
selección de destinatarios y de modificación de la
información en vez de proceder a un simple reenvío
mecánico. Esta apropiación específica de una
herramienta de comunicación online como es el
correo electrónico se enmarcaría en una red de acciones
individuales, inmediatas y no planificadas que dependen
principalmente de elementos circunstanciales y altamente
cambiantes de relación entre nodos de información
conocidos.

Asimismo, entre aquellos que efectúan
reenvíos de mensajes en cadena la reproducción en red y exponencial de este
tipo de mensajes está condicionada por un contexto
definido de relaciones remitente-destinatario de correos
electrónicos y de remitente-medios de información.
Mediante el reenvío de cadenas, por un lado, se tratan de
crear, mantener o reforzar lazos mínimos de
comunicación online con los destinatarios, y por
otro lado, en un porcentaje significativo, transmitir a menudo
información de tipo social o político con la
intención de incidir directa o indirectamente en
determinadas problemáticas (buscando al mismo tiempo
superar la ineficacia percibida en muchos casos respecto a los
medios tradicionales de comunicación para transmitir ese
mismo tipo de informaciones).

En ese sentido, la descripción de un conflicto
como valor añadido en los mensajes de mayor
reproductibilidad, así como el contenido
humorístico y la invitación al reenvío
mediante las funciones
conativas del lenguaje,
junto a la propia percepción del papel activo del
remitente en el proceso de transmisión de
información entre sus redes de contactos, serían
los factores que condicionan en mayor grado la difusión de
determinadas cadenas de mensajes.

Por otro lado, se constata la existencia de sectores
críticos con el fenómeno del reenvío de
cadenas cuya opinión podría venir determinada por
condicionantes como el haber sido receptores de reenvíos
indiscriminados de información fraudulenta, poco relevante
o repetitiva, el considerar la comunicación mediante
correo electrónico como medio no apto para informaciones
poco personalizadas o el ser conscientes de la saturación
global de los flujos de mensajería electrónica en Internet. No obstante, un
porcentaje significativo de dicho sector crítico
podría haber contribuido ocasionalmente a la
propagación de cadenas, precisamente por los mismos
motivos mencionados respecto a quienes reenvían
regularmente este tipo de mensajes.

Futuras investigaciones

Tanto para consolidar las conclusiones arriba citadas
como para profundizar en otros factores probablemente
críticos a la hora de abordar el fenómeno de las
cadenas de reenvíos y el papel que juega el remitente
conocido en las mismas, podría resultar de utilidad la
obtención de más datos de diverso tipo mediante
cuestionarios diferenciados según las dos
tipologías de destinatarios propuestas en este estudio.
Tales datos deberían abordar a nuestro entender diferentes
cuestiones relativas a la actividad de los encuestados, como por
ejemplo tipo y frecuencia de utilidad dada al correo
electrónico, si comenta verbalmente o por escrito el
contenido de mensajes en cadena, si es requisito que los
destinatarios a los que reenvía mensajes en cadena hayan
intercambiado información previa con él respecto a
la temática del mensaje, qué grado de fiabilidad le
merece la información en Internet (diarios
electrónicos, páginas
web personales, foros de discusión, páginas
corporativas, etc.), si existe relación entre el grado de
conocimiento del destinatario y la frecuencia de reenvío
de mensajes (esto es, cuanto más relación tiene con
el destinatario, más mensajes le reenvía) y otras
posibles preguntas que tal vez lleven a condicionantes relevantes
para su percepción e implicación respecto al
fenómeno en cuestión.

Por otro lado, se debería ampliar el
número de encuestados mediante la invitación a la
participación en nuevos asentamientos y profundizar
mediante investigación cualitativa vía e-mail
en las opiniones y prácticas de los contactos ya
autorizados, así como elaborar cuestionarios
específicos sobre mensajes concretos de diferente
temática (donde poder incidir en sus particularidades y el
grado de influencia que éstas puedan tener o no en su
reenvío).

Asimismo, y también de cara a ampliar las
muestras obtenidas, se debería hacer extensiva la investigación a los cibernautas de habla
inglesa, tanto para el cuestionario ya existente como para las
futuras investigaciones
aquí propuestas.

Bibliografía

· MONGE,
Meter R., y CONTRACTOR, Noshir S. (2003): Theories of
Communication Networks
, Oxford University Press, New
Cork.

· VAN
ARSDALE, Daniel W (1998-2002): Chain Letter Evolution

URL:
http://www.silcom.com/~barnowl/chain-letter/evolution.html

Notas

· [1]
– Van Arsdale, Daniel W, 1998.

· [2]
– Como caso paradigmático, es muy reciente respecto a la
investigación la difusión de cadenas de mensajes
SMS que tuvo lugar el día de reflexión de las
elecciones españolas en marzo de 2004 y la posterior
presencia del fenómeno en los medios de
comunicación nacionales e internacionales.

· [3]
– Para más información sobre qué tipo de
mensajes suelen constituir cadenas de reenvío,
recomendamos ver los ejemplos de algunas cadenas muy difundidas
de tipología diversa en la siguiente URL: http://www.rompecadenas.com.ar/

· [4]
– Monge y Contractor, 2003, pág. 174.

· [5]
– URL del cuestionario: http://cv.uoc.edu/~esenabre/re/cuestionario.html

· [6]
– Concretamente, los encuestados han participado mediante
invitación por contacto personal directo o indirecto
vía e-mail (27) y mediante un enlace en diversos foros de
temática general o específica (solidaria, de
actualidad, social o política), entre los cuales se
cuentan las siguientes URL:

http://www.universia.es
(10); foro.univision.com
(6); http://www.forosdelweb.com
(6); http://www.terra.es
(5); http://www.indymedia.uruguay.org
(5); http://www.ya.com
(5); http://www.tomatoma.ws
(4); http://www.hazteoir.org
(4); http://www.libertaddigital.com
(4); http://www.elperiodico.es
(2); http://www.hispavista.es
(2); http://www.lamarihuana.com
(2); http://www.sociologicus.com
(1); http://www.otrademocraciaesposible.com
(1); http://www.elmundo.es
(1); http://www.argentina.indymedia.org
(1); http://www.mioruro.com
(1); http://www.danipage.com
(1).

13 encuestados no saben o no contestan respecto a la web
de procedencia y 2 afirman haber tenido conocimiento del
cuestionario mediante Google. Para más datos sobre las
estadísticas de acceso general al
cuestionario, recomendamos consultar la URL:
http://www.nedstatbasic.net/s?tab=1&link=1&id=2971429

· [7]
– Hay que comentar, llegados a este punto, que el total de la
investigación mediante cuestionario online se
llevó a cabo con posterioridad a los sucesos del 11-M en
Madrid y al
siguiente clima de
actividad política que se produjo en España, los
cuales pusieron en primera línea mediática el
mecanismo de movilización social que se generó a
través de mensajería móvil SMS, hecho que
puede haber influido en algunas de estas intervenciones pero que
escaparía en todo caso al alcance analítico del
presente estudio.

· [8]
– En relación a las teorías
de contagio en las redes de comunicación, Monge y
Contractor (2003) recogen la posibilidad de que el contenido de
determinados mensajes llegue de hecho a inocular frente a
posibles contagios futuros, algo que en lo que atañe
aquí a los mensajes en cadena tal vez afectaría en
última instancia a la actitud de
muchos destinatarios de reenvíos que acaban optando por no
reenviarlos nunca.

· [9]
– Relacionado con el entorno laboral, sin embargo, sólo el
11% de los encuestados que reenvían mensajes en cadena
dice acostumbrar a reenviar este tipo de mensajes desde su puesto
de trabajo, mientras que un 22% afirma hacerlo a
veces.

· [10]
– Respecto a éstas y algunas otras acciones citadas,
recuperamos algunas intervenciones abiertas de los encuestados:
"los imprimo si merecen la pena, pero no suelo imprimir todos";
"si l'email diu que cal anar a alguna web o enviar algun missatge
a algun lloc, també ho faig"; "pegarlo en el
periódico mural de mi curso para compartirlo con
todos"; "los textos de temática política suelo
pasarlos a Word y los
guardo en disco".  


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Enric Senabre
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